Ahora que hace poco que la Free Software Foundation (FSF) ha cumplido 30 años, resulta interesante ver cómo ha evolucionado el software y toda la filosofía y ética que le rodea, especialmente cuando hacemos una retrospectiva a sus orígenes. No siempre ha existido ese mundo bipolar entre software libre y propietario, sino que en los albores de la informática, en los años 60 y 70 el software como tal no era una pieza “comercializable”. Lo que por aquel entonces tenía valor “real” era el hardware, y el modelo de las grandes compañías de aquel entonces se centraban casi en exclusiva en ese ámbito. Los programadores y desarrolladores de aquel entonces convivían en relativa paz cooperando en diversos proyectos, especialmente de investigación. Todo esto cambiaría con la irrupción de la informática en el mercado doméstico y de investigación universitario. El modelo de cooperación y abierto que predominaba vería surgir otro diametralmente opuesto basado en la competitividad empresarial y de código cerrado.
De hecho la mayor parte de historias y la cultura popular sobre la informática (como habrás podido ver en revistas y películas) comienza prácticamente en los años 80, con el protagonismo de Apple Computer primero y Microsoft poco después. Una película que se encuentra entre mis favoritas y que narra bastante bien las batallas e ilusiones de esta época es Piratas de Silicon Valley. En estos inicios de la informática destinada al usuario doméstico surgirían futuras enemistades hasta el día de hoy… Aún recuerdo a Steve Ballmer reírse burlonamente del iPhone, y de eso no hace tanto, basta con que echemos la mirada al 2007. Las cámaras en estos años 80 estaban sin duda enfocadas en este nuevo modelo de negocio basado en vender software propietario al usuario doméstico.
Por si fuera poco, un tercero en discordia que por aquel entonces no era tan conocido era el movimiento del software libre. Richard Stallman fundaría en 1983 el proyecto GNU y en 1985 la Free Software Foundation, con una filosofía completamente distinta a la de los otros actores de la época, basada en el código abierto y la colaboración (inciso: aclarar aquí que software libre no quiere decir software gratuito en ningún caso, la traducción juega malas pasadas). Si bien el proyecto GNU tenía como objetivo el desarrollo de un sistema operativo completo, tendría que esperar a la llegada del núcleo Linux en 1991 de la mano de Linus Torvalds para dar lugar a una curiosa simbiosis: por una parte, todas las herramientas del proyecto GNU (gcc, bash, glibc, emacs, binutils…) y por otra el núcleo Linux se unirían para formar el sistema operativo GNU/Linux. Éste comenzaría tímidamente sus andanzas a principios de la década de los 90 para llegar al espacio de manos de la Estación Espacial Internacional en 2013 (año en que adoptó Debian GNU/Linux) y en proyectos científicos de última generación como el Gran Colisionador de Hadrones en el CERN (Suiza) en el que utilizan Scientific Linux para los enormes cálculos computacionales y como base de software para sus investigaciones científicas.